En los años ’60, una oleada de ritmos de origen cubano se fusionan con el jazz. Izzy Sanabria, diseñador gráfico en los estudios de Fania, los une a todos bajo una misma denominación para eliminar confusiones y vender el concepto más fácilmente. Eligió salsa, término con el que se animaban a las bandas para aumentar la energía de la actuación.
La música salsa tiene una estructura determinada: introducción, fase melódica, fase de ritmo o percusión llamada montuno, vuelta a la fase melódica y final. Las exclamaciones se usan para anunciar cambios de fase, especialmente en el montuno, que es la sección con mayor energía rítmica.
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